Naturaleza

EL MEDIO NATURAL

 

Aldeanueva de Guadalajara es un pequeño pueblo situado a 948 metros de altitud en lo que viene denominándose la primera Alcarria o Alcarria Alta. El clima es el típico de interior, con inviernos fríos y largos y veranos secos y calurosos. Como ya se manifestaba en las Relaciones Topográficas de Felipe II, es tierra fría, de pan y vino.

En cuanto al paisaje, se distinguen tres tipos: el llano, la vega y la cuesta.

El llano ocupa la parte más alta y en él abundan los cerros. Hace millones de años debió ser el lecho de algún lago, como lo demuestran los fósiles de gasterópodos que por algunas zonas se hallan. Al retirarse las aguas, las encinas ocuparon su lugar, formando un tupido bosque que fue progresivamente aclarado para satisfacer las necesidades de alimentación de la población, habiendo llegado hasta nuestros días únicamente algunos ejemplares aislados. Actualmente, la mayor parte de su extensión se dedica al cultivo de cereal y girasol, si bien también pueden encontrarse viñedos y alguna parcela dedicada al cultivo de lavanda.

La vega es la tierra más productiva. Por medio discurre el río Matayegüas, cuyas aguas antiguamente, además de criar buenos cangrejos, daban servicio a un molino harinero, situado a la altura del paraje denominado “El Chorrillo”. Antes de que se decidiera cambiar su cauce, allá por los años sesenta del siglo pasado, abundaban las choperas (Populus nigra) y las olmedas (Ulmus minor).

La cuesta es la ladera de la montaña. Gran parte de ella está ocupada por el cultivo de olivos, aunque antaño también se sembraba trigo y había multitud de huertos, gracias a la elevada cantidad de manantiales que existen en el término de Aldeanueva. Lo que no había era maleza, ya que con tal que algún tomillo, zarza o aliaga alzaba un palmo sobre el suelo, era arrancado para leña. Hoy día, prácticamente toda la cuesta está abandonada, habiéndose regenerado el bosque autóctono, con especial mención al quejigar (Quercus faginea) y al coscojar (Quercus coccifera). También se han dedicado algunas parcelas a la repoblación de pino (en los parajes conocidos como Cuesta del Concejo y Cerro Benito).

Es precisamente en esta última zona donde reside la gran riqueza botánica y faunística de nuestro pueblo: tomillares, aliagares, esplegares, espinares… Una gran variedad de flora aromática sirve de materia prima a las abejas para producir la mundialmente conocida miel de la Alcarria, a cuya elaboración artesanal se dedican varios apicultores locales. También sirve de refugio para la fauna salvaje, entre la que cabe destacar a la perdiz, el conejo, la liebre, el jabalí, el corzo, el tejón y el zorro.

 

David Trijueque Serrano

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